Cómo desarrollar la escucha profunda.

 

Practicar la escucha profunda es una de las mejores maneras de incorporar el mindfulness a tu día a día y es esencial para mejorar las relaciones personales y aumentar los niveles de felicidad. En esta sesión te contamos tres formas para que empieces a practicarla desde hoy.

La escucha profunda es la capacidad que tenemos de empatizar y conectar a un nivel más cercano, más íntimo y donde podemos ver realmente e incluso sentir a otra persona. En esta sesión te vamos a contar 3 estrategias que puedes comenzar a usar hoy mismo para desarrollarla y cómo el hacerlo va a hacer que mejoren tus relaciones personales.

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“Cuando practicamos la escucha profunda, no solo estamos mejorando la experiencia de la persona con la que nos comunicamos, también la nuestra propia”.

En el artículo sobre la escucha activa hablamos de cómo ésta es la base para comprender a otra persona mientras prestamos atención a nuestro propio diálogo interno, de forma que no interfiera. También vemos la importancia de no dejarnos llevar por los impulsos de interrumpir, juzgar, comentar, etc. y de cómo es la base para desarrollar la escucha profunda.

La escucha profunda va más allá de la escucha activa, es una habilidad que requiere intención y voluntad y que también se puede entrenar y mejorar. Hay 3 estrategias fundamentales que te van a ayudar a ponerla en práctica: 

  1. Para empezar, la clave de la escucha profunda consiste en crear y mantener un espacio en el que la otra persona se sienta segura y respetada para hablar sin miedo a ser juzgada, que pueda expresarse desde un lugar de autenticidad y sintiendo que hay un interés verdadero en lo que está compartiendo.

  2. En segundo lugar, a este espacio traemos una presencia receptiva, una actitud de atención plena y de aceptación hacia todo lo que está ocurriendo en el momento: las palabras, el mensaje, lo que se dice, lo que no se dice, las emociones de la otra persona, las nuestras propias... Consiste en estar enteramente disponibles para la otra persona y abiertos a toda la experiencia.

  3. Por último, permitir el silencio es fundamental porque mantener el espacio es algo que se extiende también a los momentos de silencio. En lugar de intentar rellenarlos de cualquier manera, dejamos que lo que se ha dicho repose, así podemos conectar con el mensaje más profundo, con cómo resuena la experiencia de esa persona en nosotros, cómo reacciona nuestro cuerpo y qué emociones sentimos en ese momento.

“La escucha profunda es la capacidad que tenemos de empatizar y conectar a un nivel más cercano, más íntimo y donde podemos ver realmente e incluso sentir a otra persona”.

Cuando practicamos la escucha profunda, no solo estamos mejorando la experiencia de la persona con la que nos comunicamos, también la nuestra propia ya que no permitimos que todo el ruido mental que tenemos: de juicios, críticas, comentarios... interfiera en esa relación; nos ayuda a salir de esa obsesión que tiene nuestra mente con nosotros mismos, y podemos verdaderamente comprender y sentir a la otra persona más allá de las palabras, podemos experimentar nuestra humanidad compartida y alcanzar un nivel de conexión más íntimo y verdadero. Una mejor calidad de nuestras relaciones personales, está directamente relacionada con un aumento de la felicidad.

El mindfulness es una herramienta clave para que todo ésto ocurra: nos ayuda a estar presentes, a darnos cuenta de nuestros comentarios mentales, de nuestros impulsos, nos ayuda a estar cómodos con el silencio y a aceptar la experiencia del momento.

Además nuestra mente necesita estar en un estado de cierta calma para mantener una actitud de apertura, observar nuestras reacciones, impulsos, emociones, distracciones… y permanecer disponibles y receptivos. Todas estas habilidades se pueden entrenar que es lo que vamos a hacer con la meditación de presencia receptiva que hemos preparado para acompañar a esta sesión.

Este artículo está sacado de nuestra sesión de Espacio mindfulness “Desarrollar la escucha profunda con mindfulness”. Puedes escucharlo aquí, y si quieres hacer la meditación que lo acompaña, haz clic aquí.


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