Vipassana o no Vipassana.

 
  • Nota: Este artículo habla del Retiro Vipassana en Silencio de 10 Días, un curso estándar de meditación que se enseña en centros de todo el mundo a través de videos grabados en 1991 de S.N. Goenka, quien sigue la tradición birmana que tuvo como objetivo "mantenerse fiel a las enseñanzas originales del Buda". Goenka ha sido apodado como "El hombre que enseñó al mundo a meditar".

La gente va a todo tipo de lugares exóticos para conseguir la iluminación, pero como descubrimos recientemente en nuestro retiro de Vipassana, no se necesita ir muy lejos: el camino hacia el Nirvana comienza en tu orificios nasales... de todos los lugares posibles. Aprendimos esto durante el conocido retiro en silencio de 10 días de Vipassana, que fue una oportunidad única para explorar los insólitos mecanismos de la mente, así como una montaña rusa emocional, fue informativo, desconcertante, inspirador, desafiante y lleno de momentos, a veces tronchantes, de iluminación.

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Cuanto una se enfrenta a unas diez horas de meditación diaria durante diez días, lo primero que intenta es estar cómoda para soportar la experiencia con la menor cantidad de dolor físico. Así que yo (y el resto de participantes) comenzamos a experimentar con todas las combinaciones imaginables de cojines, bancos, respaldos y cualquier otro juguete de meditación disponible hasta conseguir ese punto mágico de serenidad indolora. Para mí terminó siendo una silla, para otro tipo fueron once cojines dispuestos en tres torres temblorosas. ¡Once! Pero da igual: duele y entumece y rápidamente el corredor hacia la sala de meditación comienza a parecerse a una audición para el Lago de los Cisnes,, lleno de gente haciendo estiramientos y calentando. Sin embargo el dolor no es el único desafío, la somnolencia puede ser aún peor e intentar permanecer despierto puede ser física y mentalmente agotador... ¿Cómo conseguiré agudizar mi percepción si no hago más que quedarme dormida? La voz grabada del difunto Sr. Goenka nos muestra el camino repetidamente: "Sigue trabajando diligentemente. Pacientemente y persistentemente ".

Otro gran desafío es la falta de todos los estímulos a los que estamos acostumbrados: cualquier tipo de comunicación verbal o visual está prohibida y se pide que los participantes entreguen cualquier libro, cuaderno de notas, bolígrafo o dispositivo electrónico que tengan... De repente, te quedas sola con tus pensamientos y la práctica Vipassana. Y ¿no te vuelves loca? Un poco, yo no pude resistirme a hablar con las ardillas (están hiper-estresadas) pero no creo que eso cuente. He de admitir que agradecí estar separada del móvil, pero mi cerebro hiperactivo se revolvía sin nada que leer, ¡ni siquiera la biografía del gurú Sr. Goenka! Así que terminé leyendo cualquier cosa leíble, como las instrucciones de lavado de mi saco de dormir y el prospecto de los medicamentos (¡nunca imaginé que las aspirinas fueran tan peligrosas!) Entonces, de repente, vi a otra participante ¡¡LEYENDO UN LIBRO!! ¡Está haciendo trampa! Claro que... yo estaba pensando hacer algo parecido, y parece que no está mal... Así que regresé a la habitación (la misma habitación que compartía en silencio con una extraña) y saqué muy silenciosamente el bloc de notas y el bolígrafo que me había guardado pensando que podría haber una emergencia (como esta) y comencé a escribir en silencio, tratando de no hacer ningún ruido sospechoso. Por fin me siento como un ser humano normal. Pero entonces... ¡la culpabilidad! (Esto sucede más rápido si has tenido una educación católica). Ahora nunca voy a conseguir nunca la iluminación, ni siquiera puedo seguir las reglas durante 10 días... pero quién sabe... tal vez el humor termine siendo mi salvación.

Un concepto interesante que aprendí es que, de acuerdo con las enseñanzas budistas, nuestra infelicidad proviene de los sentimientos de anhelo y aversión, y durante toda nuestra vida vamos acumulando reservas de ambos, creando unos fenómenos de condicionamiento mental llamados Sankharas que ahora intentamos disolver a través de la práctica de la meditación Vipassana. A pesar de mi incredulidad y de la falta de pruebas sobre la existencia de Sankharas, era evidente que mi mente iba constantemente de anhelo en aversión y viceversa. Por ejemplo: comenzaba a anhelar pequeñas cosas ¿Por qué esta mujer tiene habitación para ella sola y yo tengo que dormir con una extraña en una habitación separadas con sábanas de hospital como en la Segunda Guerra Mundial? y ¿por qué Gina tiene manteca de cacahuete y tostadas para la cena y yo una manzana? (la próxima vez debo acordarme de decir que soy intolerante a la fructosa) y ¿por qué aquella lee un libro sin sentirse culpable? Y luego, aversión: Odio mi silla de meditación ¿estaré creando un nuevo Sankhara de aversión a la meditación? y mira ese horario inmutable... ¡se me cae el alma a los pies! Pero entonces, justo cuando piensas que ya no puedes más y estás lista para hacer la maleta y marcharte, tienes un momento de iluminación y te das cuenta de que la práctica funciona y puedes observar cómo funciona tu mente desde la distancia, como un espectador… ¡y es fascinante!

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Así que pasas tus días así, de meditación en meditación y tiro porque me toca. De momentos en los que piensas que vas a perder la cabeza a momentos de realizaciones interiores, fantaseando sobre cómo será la próxima comida, preguntándote cómo sabes cuando estás iluminado y luchando contra el aburrimiento total (en algún momento pensé que estaba desarrollando el síndrome de vejiga hiperactiva de ir tanto al baño, pero no, solo estaba alimentando mi Sankhara de aburrimiento). Así que terminas creando tus propios momentos de placer que se convierten en lo más destacado de tu día, como guardar una galleta la comida para comerla antes de ir a dormir (las ardillas me dieron la idea). ¡Mírate! ¡No solo estás participando en estas olimpiadas de meditación, también estás trabajando en tus habilidades de gratificación aplazada!

Sin embargo el tiempo pasa más rápido de lo que crees y en algún momento, mientras te sientas como la flor del loto, comienzas a sentir un hormigueo de ondas y vibraciones que recorren todo el cuerpo y te pillan totalmente por sorpresa. ¿Qué es esto? ¿Serán estas las buenas vibraciones de las que hablaban los Beach Boys? Rápidamente nos informaron que esas vibraciones no tienen nada que ver con un éxito de los 60, sino que se llama 'corriente libre' y más nos vale no anhelarla ni aferrarnos a ella, o de lo contrario sufriremos terriblemente. Debemos permanecer ecuánimes. ¿En serio? ¡Esto es lo más emocionante que me ha sucedido en toda la semana! Lo que piden es el equivalente a tener sexo sin querer un orgasmo, y permanecer "perfectamente ecuánime" cuando lo tienes. Así que ahí va, otro Sankhara de anhelo...

A pesar de que te piden firmar que NO abandonarás el retiro, algunas personas se fueron. La verdad es que no me sorprendió. Pero entonces, ¿por qué me quedé? La verdad, fue por algo que no se menciona en todo el retiro: la autocompasión. Por suerte ya traía una práctica de mindfulness bastante sólida, y eso me permitió ser compasiva conmigo misma, aceptando que el curso era un difícil reto, y que era normal sentirse cansada, frustrada y con ganas de salir corriendo. Solo entonces pude relajarme y mantener una actitud abierta para aprender algo, y la verdad es que aprendí bastantes cosas útiles. Para empezar el empujón que recibes para la práctica de meditación es increíble, mi concentración mejoró a lo grande y ahora soy mucho más sensible a las sensaciones físicas, lo que me ayuda a ubicar con mayor precisión ese punto o puntos donde se puede manifestar una reacción emocional en el cuerpo. Además, dado que la impermanencia es uno de los conceptos que te machacan sistemáticamente durante el retiro, aprendí a comprender y aceptar la realidad del momento tal como es, en lugar de cómo me gustaría que fuera, y hacer de la situación algo útil y productivo. No está mal como lecciones de vida para una inversión de 10 días.

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En conclusión, este retiro fue una buena experiencia, pero podría haber sido realmente increíble si las enseñanzas no estuvieran tan rematadamente obsoletas, si los profesores no fueran tan exageradamente rígidos y carentes de empatía, y si proporcionaran alguna otra herramienta para usar en la vida cotidiana en lugar de algo tan poco realista como "seguir meditando 2 horas todos los días". Y puede que esté equivocada, pero creo que los humanos damos un poco más que estar saltando como monos entre anhelo y aversión, y me pregunto si necesito sentir cuerpo y mente desintegrándose en partículas subatómicas para encontrar la iluminación. Probablemente no. Pero a pesar de todas las incongruencias y de las limitadas prácticas de meditación, el mensaje del Sr. Goenka es un mensaje de esperanza, con una verdadera intención de ayudar a las personas a ser más felices y a que hagan más felices a los demás, y sigo escuchando en mi cabeza sus alentadoras palabras cada vez que comienzo una nueva tarea o pienso en proyectos futuros: "Sigue trabajando diligentemente. Diligentemente. Pacientemente y persistentemente. Trabaja continuamente Estás destinada a tener éxito. Destinada a tener éxito ".

Si has decidido que quieres probar el retiro Vipassana, puedes encontrar algunos consejos basados en nuestra experiencia en nuestra sección de Ideas y Consejos: Retiro Vipassana en Silencio de 10 Días.


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