Mindfulness para la eco-ansiedad.

 

Este artículo está inspirado por y dedicado a nuestro amigo Martin.

¿Qué sientes cuando oyes noticias sobre la crisis climática? Abrumación, frustración, impotencia, pequeñez, tristeza, ira, apatía, asco, aaaaaarrrrrrrggghhh, aburrimiento, angustia existencial, desesperación, vértigo, náuseas, ansiedad, miedo, nihilismo, ¿todo?

Si la mayoría o algunos de estos sentimientos te resultan familiares, es posible que estés experimentando una angustia psicológica de la era moderna llamada eco-ansiedad, que se define como la "preocupación o agitación causada por las preocupaciones sobre el estado actual y futuro del medio ambiente".

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En primer lugar, entiende que esto es normal. Estamos en una crisis y tu cerebro no es inmune a ella. La forma en que tratamos a la Tierra es abusiva y estamos empezando a ver las consecuencias de forma clara.

Para muchos de nosotros nacidos y criados en ciudades, habiendo crecido entre humos y asfalto, la naturaleza era esa cosa ahí fuera, en documentales, o donde tus padres te llevaban algunos fines de semana si tenías suerte. Por si esto no fuera suficiente, junto a esta profunda desconexión, surgió la idea de que somos la criatura más importante sobre la faz de la Tierra, capaz (¡incluso responsable!) de someter al mundo natural en servicio de nuestros propios propósitos, cuando en realidad, no somos más que un montón de monos inteligentes con una aplicación del cerebro llamada Consciencia. Por lo tanto, no es de extrañar que luchemos para procesar la idea de que casi todo lo que hacemos en nuestra vida diaria está contribuyendo a destruir nuestro propio planeta. Es demasiado.

“La prueba definitiva de la conciencia del hombre es su disposición a sacrificar algo hoy por las generaciones futuras cuyas palabras de agradecimiento nunca va a escuchar”.

—Gaylord Nelson.

Pero esto no significa que no podamos vivir una vida feliz, llena de energía y entusiasmo. No se trata de negar lo que está sucediendo, sino de entender que no importa lo grande sea el desafío, siempre tenemos la libertad de decidir cómo vamos a vivir con la realidad que se nos ha dado. En este artículo sugerimos algunas prácticas que pueden ayudarte a manejar esos sentimientos de falta de control hacia la crisis climática, para que puedas recuperar la fuerza, la autonomía y la motivación para actuar de acuerdo con tus creencias.

SIÉNTELO.

Si tienes emociones fuertes, es necesario honrarlas y sentirlas, como mencionamos en artículos anteriores, resistirse a ellas, ignorarlas o rechazarlas solo aumentará el sufrimiento. Así que pasa un tiempo explorando cómo las sientes en el cuerpo, investiga los sentimientos, ve a la raíz y ábrete a ellos. Tener estas emociones también significa que eres un ser humano compasivo, vivo, comprometido y a quien le importa lo que ocurre, y debes reconocer este lado positivo de ti.

RECUERDA QUE NO ES TU CULPA.

Por supuesto que todos somos responsables de lo que le estamos haciendo al planeta, pero no te puedes culpar si a veces es imposible comprar vegetales que no estén envueltos en plástico, o por haber sido criado en una sociedad en la que se entiende que es normal explotar los recursos naturales sin limitaciones. De modo que la próxima vez que sientas culpabilidad, piensa en cuál es el paso más pequeño y fácil que puedes dar en ese momento para minimizar tu impacto. Tómalo. Y celebra que te estás moviendo en la dirección correcta.

Dieta de noticias.

Dieta de noticias.

CUIDADO CON LAS NOTICIAS.

Limita y sé selectivo con las noticias que lees. Cuando nos preocupamos por algo, nos volvemos obsesivos y buscamos información en todas partes. Esto no siempre ayuda. No se trata de ignorar lo que está sucediendo, sino de evitar sentirse abrumado. Como con la mayoría de las noticias, las catástrofes se venden mejor que las posibles soluciones. Pero es cierto que se están produciendo algunos avances y cambios: muchos activistas, empresas y científicos están haciendo todo lo posible e incluso arriesgando sus vidas para mejorar las cosas, aunque rara vez escuchamos este tipo de noticias, y en ocasiones hasta se los retrata como radicales. Mantener un equilibrio entre las buenas y las malas noticias puede ayudarte a obtener una visión más amplia y completa del tema. Incluso si ya es demasiado tarde o si los políticos deciden este asunto en sus programas, los esfuerzos de aquellos que intentan marcar la diferencia deben ser reconocidos y apoyados.

ROMPE EL BUCLE: MEDITA.

Es muy fácil caer en la rumiación y el pensamiento obsesivo, lo hacemos todo el tiempo con todo. La meditación es una de las mejores herramientas que puede ayudarte a interrumpir estas espirales de pensamientos negativos y redirigir tu atención hacia algo constructivo. La meditación también puede ayudarte a explorar cuál es tu intención más profunda y reforzarla para que se convierta en la fuerza principal que lidere tus acciones.

CUÍDATE.

No puedes ayudar a otros adecuadamente, y mucho menos a este planeta, si no te cuidas primero. Observa y explora tus sentimientos, ábrete a ellos, trae autocompasión y así podrás ver tu intención más verdadera. 

HABLA CON PERSONAS DE IDEAS AFINES.

Compartir una lucha común te ayuda a darte cuenta de que no estás solo y esto puede aliviar el sufrimiento. Además, puede que encuentres motivación en las acciones e ideas de otras personas.

Un posible escenario.

Un posible escenario.

ACEPTA EL PEOR RESULTADO POSIBLE: TODO PUEDE IRSE AL GARETE.

Puede pasar. Es una posibilidad muy real. Puede ser que hayamos llegado al punto de no retorno. Pero tú solo no lo puedes controlar e incluso si hubiera certeza de que el planeta terminará pareciéndose a una película apocalíptica de Hollywood, todavía hay una cosa sobre la que tienes control: tus elecciones. Puedes elegir tus acciones, puedes elegir tu voto, puedes elegir cómo educar a tus hijos, puedes elegir cómo pasar tus vacaciones, puedes elegir cómo gastas tu dinero, puedes elegir el proveedor de energía de tu hogar, puedes elegir apoyar o empezar iniciativas ambientales ... Puedes elegir alinear tus pensamientos, palabras y acciones a tus propios valores, independientemente del resultado.

Tu mejor intención.

Tu mejor intención.

HAGAS LO QUE HAGAS, HAZLO DESDE TU MEJOR INTENCIÓN.

Cualquier pequeña acción que realices, desde poner una bandeja de plástico en la papelera de reciclaje hasta firmar una petición o plantar un árbol, intenta hacerlo desde un lugar de cariño y bondad, en lugar de ira, frustración o impotencia. Pasa unos segundos pensando en el impacto que esta acción tendrá y esto te conectará con tu intención más profunda de proteger nuestro Hogar.


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