Habla con alguien desconocido.
“Estas cordialidades que se intercambian entre extraños son en realidad una forma de salir de ti mismo y reconocer la humanidad de la persona que está a tu lado, así como la tuya propia.”
– Nuestro buen amigo Joe
DE QUÉ HABLAMOS
Probablemente pienses que hablar con un extraño es raro, y tú no quieres ser un bicho raro, además le harás sentir incómodo y no le vas a gustar y al final te sentirás peor de lo que estabas cuando podías haberte quedado tan feliz en la burbujita de tu móvil. ¿Verdad?
Pues mira por dónde, resulta que tu predicción acerca de cómo te sentirás es (lo más probable) errónea, y no lo decimos retóricamente, queremos decir que está probado científicamente que cuando nos planteamos la posibilidad de hablar con un extraño porque sí, somos MUY malos prediciendo nuestro nivel de felicidad futura (y la del extraño), así que elegimos la soledad sobre la conexión pensando que vamos a estar mejor ... y fracasamos.
Esta semana proponemos que te dirijas a otra persona en el autobús, en la calle o en tu café favorito de hipsters barbudos y empieces una conversación sobre lo que se te ocurra, aunque sea brevemente, y fíjate cómo te sientes después. ¡Te apostamos unos churros a que te sientes mejor!
¿POR QUÉ ES BUENO?
Kio Stark, experta en el tema, comparte muchos de los beneficios de hablar con alguien extraño en su TED Talk, aquí hay algunos de ellos y otros que hemos encontrado:
Hace que tú y la otra persona os sintáis más felices.
Nuestra experiencia del mundo se amplifica cuando estamos con otras personas. ¡El chocolate sabe mejor!
Mejora tus habilidades de comunicación. Interactuar con distintas personas ayuda a mejorar cómo te comunicas con los demás.
Puede ser terapéutico. El científico Zick Rubin explica los beneficios de lo que se llama intimidad fugaz.
Te vuelves más receptivo y empático. Hablar con personas de diferentes culturas y entornos sociales fomenta tener una mentalidad más abierta.
Amplía tu red social. Nunca sabes con quién estás hablando, esa persona podría tener la respuesta a tu problema.
Quizá aprendas algo nuevo. La gente hace todo tipo de cosas interesantes que te sorprenderán. Además esto es recíproco.
Aumentará tu auto-confianza. Puede que sientas vergüenza al principio, pero verás qué rápido cambia con un poco de práctica. Ayuda pensar que la otra persona es un ser humano igual que tú.
Te hace sentir más como un ser humano, que se te reconoce, y con menos miedo. Particularmente en las grandes ciudades donde la desconexión y la desconfianza son comunes.
ALGUNAS IDEAS
Un tercer elemento, por ejemplo algo que ambos estéis mirando (perro, bebé, póster...), es perfecto para iniciar una conversación.
Si te ves fuerte, haz contacto visual con la persona sentada a tu lado, sonríe (no en plan psicópata) y simplemente di: ¿Qué tal?
Halaga una prenda que lleve o su peinado, en plan ¡Me encanta tu cresta!
Haz un comentario que venga al caso, por ejemplo al pedir tu café de la mañana: No paráis hoy ¿eh? (Y, claro, como están a tope seguro que ni te responde).
¡Ponte una camiseta que ponga HOLA para iniciar una conversación, como hace nuestro amigo Joe!
EXTRA BROWNIE POINTS
Si ves que hay buen rollete con ese extraño que has conocido (y parece ser recíproco), pídele sus datos de contacto y comienza una amistad. Así es como Vero (madrileña) conoció a Joe (californiano) hace un par de años en un tren de Londres y esa simple charla se convirtió en una bonita amistad a larga distancia. Y como hace una década en un hotel en Beijing conocimos a otros madrileños, Eva y Javi (que se lanza a hablar hasta con las piedras) y hoy no podríamos imaginarnos nuestra vida sin ellos.
¡Diviértete conociendo a todos esos fantásticos seres humanos!
Vero y Enrique
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