Un día sin reloj.
“Sólo cuando el reloj se detiene, el tiempo cobra vida.”
– William Faulkner
DE QUÉ HABLAMOS
¿Cuándo fue la última vez que pasaste un día entero sin mirar la hora ni una vez? Este fantástico aparatito popularizado en la Edad Media por monjes estresados ha permitido sincronizar la actividad humana, pero lo ha hecho a costa de disociarla de nuestros patrones orgánicos naturales.
No nacimos con un reloj en la muñeca ni alarmas en la mesilla de noche, pero sí con un reloj natural. ¡Ya es hora de que vuelva a funcionar!
En la práctica de esta semana, proponemos que organices un día (no tiene que ser esta semana si no te viene bien, ¡pero asegúrate de elegir una fecha!) donde no mires la hora ni una sola vez y en su lugar practiques escuchar a tu cuerpo. Te despiertas cuando se te abren los ojos, comes cuando tienes hambre y haces la actividad que te apetezca durante el tiempo que quieras, simplemente porque puedes y porque te lo pide el cuerpo.
¿POR QUÉ ES BUENO?
Libérate: Todos los días de nuestras vidas seguimos este sistema artificial que se nos ha impuesto, así que adelante y ¡conecta con esa libertad ancestral!
Reconecta con tu cuerpo: Presta atención a tus necesidades y aprende a reconocer tu reloj interno, tu ritmo circadiano y la homeostasis para que puedas aprender a adaptarte mejor a diferentes actividades en diferentes momentos del día.
Mejora tu sueño: Existen patrones claros de actividad de ondas cerebrales, producción de hormonas, regeneración celular y otras actividades biológicas vinculadas a los ciclos diarios de sueño y vigilia, al no forzarlos dejamos que el cuerpo pueda autorregularse progresivamente.
Mejor conexión con la naturaleza: al prestar más atención a la luz y la posición del sol, a tu entorno, etc., podrás entrar en mayor sintonía con la naturaleza.
ALGUNAS IDEAS
Lanzarse al vacío de una vida (o un día) sin un reloj puede ser un poco desconcertante e incluso desorientador, así que aquí hay algunas cosas que puedes hacer:
Lee. Come. Duerme. Pasea. Juega. Come otra vez. Resuelve un puzle. Habla. Canta. Escucha. Conduce por las sinuosas carreteras de la montaña...
Resumiendo: Haz lo que quieras, pero ¡no mires el reloj!
Es posible que debas prepararte un poco, por lo que si te reúnes con amigos o familiares, adviérteles de tu proyecto y pídeles que oculten los relojes visibles y que se abstengan de mencionar la hora en voz alta. O anímales a que lo hagan ellos también.
Si quieres saber más sobre cronobiología, te recomendamos que visites Bad Kissingen en Alemania.
EXTRA BROWNIE POINTS
Hazlo durante un día de trabajo y ¡POR FAVOR cuéntanos cómo te va!
¡Feliz día libre de limitaciones mecánicas de tiempo!
Vero y Enrique
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